Los datos fueron publicados en el sitio de internet Wikileaks. El material podrían reforzar la perspectiva de los opositores a la guerra en el Congreso quienes pugnan por retirar las tropas WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS (26/JUL/2010).
La monumental filtración de documentos confidenciales de la guerra en Afganistán amenazaba el lunes con profundizar los cuestionamientos sobre el conflicto, causar nuevas fricciones con Pakistán y aumentar las dudas sobre la capacidad de Washington para proteger sus secretos. El torrente de más de 91 mil documentos confidenciales, una de las revelaciones no autorizadas más amplias en la historia militar, obligó al gobierno federal a apresurarse para evaluar y reparar cualquier daño causado por la filtración a los esfuerzos de guerra, dentro y fuera de Estados Unidos.
El material podría reforzar la perspectiva de los opositores a la guerra en el Congreso, los cuales consideran que el conflicto armado está estancado sin remedio. La filtración se da en momentos en que la estrategia del presidente Barack Obama para la guerra en Afganistán está bajo escrutinio legislativo y cuando las encuestas indican que la mayoría de los estadounidenses no creen que sea un conflicto que valga la pena pelear.
Aun así, se prevé que esta semana se apruebe la iniciativa para dar 60 mil millones de dólares al financiamiento de las guerras. La Casa Blanca calificó como "alarmante'' la revelación de los documentos, mientras que el coronel Dave Lapan, portavoz del Departamento de Defensa, dijo que el ejército necesitaría "días, si no es que semanas'' para determinar "el daño potencial a las vidas de los miembros de nuestro servicio y de los aliados''.
Robert Gibbs, portavoz de la Casa Blanca, hizo énfasis en que los documentos cubren el período en la guerra antes de que Obama ordenara un incremento importante en la cifra de tropas estadounidenses que combaten en Afganistán, y el gobierno negó que la revelación obligue a hacer cambios en las políticas que se siguen para combatir a los insurgentes del Talibán.
A pesar del furor por la publicación de los reportes en el sitio cibernético WikiLeaks, la información no revela ningún problema fundamentalmente nuevo en la guerra.
El senador independiente Joe Lieberman dijo que los documentos revelados "reflejan la realidad, conocida por todos, de que la insurgencia estaba ganando ímpetu durante estos años mientras nuestra coalición estaba perdiendo terreno''. Ese resurgimiento del Talibán llevó a Obama a anunciar en diciembre del 2009 un incremento en el número de tropas en Afganistán como parte de una nueva estrategia civil-militar, dijo Lieberman.
El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, dijo que la publicación de los documentos era apenas el principio. Informó ante reporteros en Londres que su organización está revisando otros 15 mil archivos sobre Afganistán. Los documentos son descritos como reportes del campo de batalla compilados por unidades militares entre el 2004 y el 2009. Entre otras cosas, el material sugiere que Pakistán estaba jugando un doble papel en cuanto a la lucha contra rebeldes afganos, pues señala que funcionarios de seguridad proporcionaban en secreto ayuda a los insurgentes.
Tanto Estados Unidos como Pakistán indicaron que ese punto de vista está desactualizado. En Islamabad, el ministro del Exterior paquistaní dijo que los documentos filtrados son "contrarios a la posición real en el campo'', y agregó que la cooperación entre Estados Unidos y Pakistán contra "nuestros enemigos comunes'' seguirá adelante. WikiLeaks publicó los reportes en su sitio web la noche del domingo. No indicó quién se los suministró.
P.J. Crowley, portavoz del Departamento de Estado, dijo que no estaba claro si la filtración estaba relacionada con el analista de inteligencia militar estadounidense que fue arrestado en Kuwait por mal manejo de información confidencial en computadores militares en Bagdad.
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