El primer ministro británico ha dedicado durísimas palabras a los vándalos, y ha autorizado a la Policía a utilizar pelotas de goma contra ellos.

David Cameron, visiblemente más preocupado que durante su anterior comparecencia, ha atendido a los medios a las puertas de Downing Street. Sobre la escalofriante ola de saqueos el premier británico ha asegurado que hasta ahora "hemos visto lo peor de Inglaterra" pero anticipó que "ahora vamos a ver lo mejor", dijo, halagando el comportamiento de los ciudadanos que han salido "cepillo en mano" para limpiar las calles.

A los violentos advirtió que "esta violencia continuada simplemente no es aceptable y será detenida y no vamos a dejar que esto suceda en nuestro país", anunciando que "daremos a la Policía todo lo que necesite" para acabar con las revueltas. Anticipó que las fuerzas de seguridad están autorizadas a utilizar pelotas de goma contra los manifestantes, y aseguró que "no se descarta" que empleen también cañones de agua.

Cameron apostó por la autocrítica, y confesó que quizás uno de los problemas que han aflorado con estos sucesos es que Reino Unido no ha dado "la suficiente importancia al problema de bandas que hay en nuestro país". "Hay algo muy malo en nuestra sociedad" aseguró, con gesto grave, "algunas partes de nuestra sociedad están enfermas", dijo, refiriéndose a los saqueadores. Asimismo, tachó de "repugnantes" las imágenes vistas durante estos días. 

Condenó efusivamente la "falta total de respeto de este grupo de maleantes" cuyo comportamiento dijo que tiene "raíz en el egoísmo y la falta de responsabilidad". Cameron caracterizó a estas personas como "gente que piensa que el mundo les debe algo y que sus acciones no tienen consecuencias" y les acusó de tener "falta de ética y moral".

"Lo que vemos es falta de responsabilidad, un problema moral y político, y con eso tenemos que tratar" dijo, apostando por abordar el conflicto de manera frontal. "Es un problema para nuestra sociedad es algo que tenemos que curar".

Lo que vemos es la falta de responsabilidad, un problema moral y político, con eso tenemos que tratar. Un problema para nuestra sociedad, algo que tenemos que curar. Además, reconoció que las autoridades se enfrentan a "algo que es nuevo, porque antes ya hemos tenido problemas de desorden público, pero lo que está sucediendo es gente distinta, haciendo las mismas cosas en diferentes lugares" y que el Estado tendrá que "aprender sobre cómo podemos asegurarnos".